Siete mil millones

Ya somos 7.000.000.000 de seres humanos en este planeta. Sí, un siete con todos esos ceros detrás.

La pregunta que surge de inmediato es ¿hay para todos? Hace tiempo leí un estudio que decía que la capacidad de sustentación del planeta (es decir, la cifra de personas que pueden existir sin agotar los recursos) está en torno a los dos o tres mil millones de personas. O sea que, si hacemos caso a esas cifras, duplicamos ampliamente la cifra ideal.

Lo que es evidente es que no podemos vivir todos al ritmo consumista de un norteamericano medio, ni siquiera hay recursos para que todas las personas vivan al nivel de un europeo cualquiera. La realidad es que no hay recursos para todos si es que todos queremos tener una casa, un coche o dos, calefacción, internet, y además cambiar de teléfono móvil cada seis meses. Porque con crisis o sin ella, nosotros somos los ricos del mundo, los privilegiados.

Pero ¿con qué derecho se peude negar a otras personas aquellos lujos de los que nosotros disfrutamos?

Históricamente este problema se ha resuelto de un modo expeditivo: mucha gente y pocos recursos llevan a la guerra, a las pandemias o a la emigración masiva (¿adónde?). Quizá ahora tengamos otra posibilidad que viene dada por una conciencia cada vez más global: hacer un mundo habitable para todos, donde se valore más el ser que el tener, donde se reparta mejor lo que hay. Y a muy largo plazo, reducir la población de un modo natural, teniendo menos hijos.

Esto no lo hará la política, ni la economía, ni los mercados. Esto sólo puede ser fruto de una conciencia global, y esa conciencia sólo existirá si cada uno de nosotros la hacemos germinar en nuestro interior.