El día 12 de abril se producirá una importante conjunción entre Júpiter y Neptuno en el signo de Piscis. Un acontecimiento cuyos efectos notaremos intensamente durante todo este mes y el próximo, tanto a nivel individual como colectivo.
Los encuentros de Júpiter y Neptuno no son algo infrecuente, se dan cada 12-13 años. Pero cada conjunción se sucede en un lugar diferente del cielo. La última se dio en Acuario, en 2009, y se necesitará esperar más de 160 años para ver una conjunción como la que tenemos ahora en Piscis.
¿Y por qué es importante que esta conjunción se dé en el signo de los peces?
Cualquier manual de astrología moderna nos dirá que Neptuno es el “regente” de Piscis, o por decirlo en otros términos, Neptuno está perfectamente alineado con el simbolismo de Piscis. Pero si leyéramos un manual antiguo veríamos que, tradicionalmente, el regente de Piscis, era Júpiter.
Es decir, que ambos planetas se sienten como en casa cuando transitan el territorio místico, soñador, pacífico y abnegado que representa Piscis. Para todos los que vivimos ahora, es una oportunidad única para hacer las paces con nosotros mismos y con aquellos que nos rodean. Una oportunidad para abrir el corazón que no se repetirá en el transcurso de nuestras vidas.
La importancia de la Paz
Si hacemos balance de estos dos últimos años, la “pandemia” ha traído consecuencias muy graves en lo personal y lo colectivo. Consecuencias que aún no hemos visto en su totalidad. Porque después del trauma, viene la ola del estrés post-traumático que para muchos, empezará a finales de este año y se prolongará durante 2023.
Más allá de las guerras reales que ahora asolan Europa y el mundo, llevamos dos años viviendo con mentalidad de guerra.
La polarización que se ha vivido es una guerra mental que nos ha sido impuesta y que hemos aceptado. Dividirse en bandos irreconciliables, negarse a escuchar las opiniones diferentes, denigrar a los oponentes, ver al otro como un peligro o una amenaza, encerrarse en la burbuja del miedo o en la cámara de eco de los que piensan como nosotros, forma parte de esa mentalidad guerrera.
Y una de las cuestiones más difíciles de asumir es que prácticamente nadie ha elegido el bando en el que estaba. Las elecciones ya estaban hechas por nosotros. No somos tan libres como creemos y nuestras ideas no son tan “originales”.
La mentalidad de guerra invade muchos ámbitos de la sociedad. Siempre hay un monstruo al que echarle la culpa de todos los males. Pero nunca hay que olvidar que cuando estamos en guerra con “el otro”, de alguna manera estamos en guerra con nosotros mismos. ¿No será mejor hacer las paces?
Cómo sentiremos esta conjunción
Cada vez que dos planetas lentos se juntan en los cielos, se da inicio a un nuevo ciclo. Este momento presente viene marcado por un incremento de la intuición y la creatividad. Es un instante de despertar espiritual, de conexión con el mundo de los sueños, con el inconsciente o con nuestros maestros interiores. También con la energía curativa.
La percepción dominante en las personas más sensibles será que en este momento, no hay distancias ni diferencias. En el fondo, todos somos la misma Conciencia y todos estamos conectados. Por eso hay que estar abiertos a nuevas formas de pensar o de percibir la realidad, a nuevas sensaciones, que llegarán. También a la belleza del mundo y de los seres humanos.
Personas que están alejadas se sentirán conectadas por hilos muy sutiles, pero poderosos. Es un tiempo romántico, donde se acercan las almas que están destinadas a estar juntas. Ahora se nos llama a entender el significado del amor incondicional, de la verdadera apertura del corazón. Es un tiempo para amar, en el mejor sentido de la palabra.
Por supuesto, siempre que Neptuno está presente, hay que tener cuidado con el exceso de idealismo o con las decepciones. Si queremos desarrollar algo con alguien, será importante hacerlo sobre bases sólidas y no sobre fantasías, con personas de fiar. Si tenemos un impulso creativo, es preferible desarrollarlo en áreas que dominamos bien. Si conectamos con alguna fuente de sabiduría interior, es conveniente contrastar los mensajes recibidos.
En todo caso, ahora se puede pecar más por exceso que por defecto. El Sol en Aries nos empuja y, realmente, no viviremos otro momento como éste.
Ecos del pasado, esperanzas para el presente
Si tenemos que volver al pasado para encontrar algunas claves de lo que puede suceder ahora en el plano colectivo, tenemos un acontecimiento importante. La última conjunción entre Júpiter y Neptuno en Piscis se produjo en marzo de 1856. En ese mes se firmó en París un tratado que puso fin a la Guerra de Crimea. Este conflicto, entre el Imperio Ruso y una coalición occidental encabezada por Gran Bretaña y Francia, se considera la primera guerra moderna.
Precisamente ahora, en la misma zona del mundo, estamos asistiendo a una guerra que, como todas, sólo trae desgracias. Turquía, uno de los países que estuvo involucrado en la Guerra de Crimea, se ofrece ahora como mediadora entre Rusia y Ucrania. Sin duda, estamos ante una oportunidad para la Paz.
La Guerra de Crimea fue nefasta para todas las naciones que intervinieron. Rusia conservó su territorio, pero a costa de grandes pérdidas y del descrédito de su ejército. Es probable que la Rusia actual consiga su sueño de crear un corredor terrestre entre la región del Donbás y la península de Crimea (la verdadera razón de la invasión). Pero el coste será enorme. Su prestigio como potencia ha caído, como ocurrió hace 166 años. Y el sufrimiento del pueblo ucraniano no tendrá reparación posible.
Aun así, hay una oportunidad para la paz, tanto personal como colectiva, pero ¿sabremos aprovecharla?