Wilkinson es mi gurú. Robert Wilkinson.
Como probablemente no sabes quien es Wilkinson (no sale en la noticias de las nueve, las ocho en Canarias, ni frecuenta los programas rosas de la tele), te diré que el amigo Wilkinson es un astrólogo norteamericano. Para mí uno de los mejores astrólogos contemporáneos.
Wilkinson tiene una teoría afilada y precisa. En realidad tiene varias, pero ahora mismo vamos a cortar por lo sano con esta.
Su teoría tiene que ver con dos planetas y una relación angular entre ambos. Advierto que los astrólogos somos así, nos seducen las relaciones angulares, y que cada cual interprete esto como quiera.
Y no es una relación angular cualquiera: es un septil. Y no son dos planetas cualesquiera, son Neptuno y Plutón. Para que te hagas una idea, un septil entre ambos es como afeitarte el último pelo de la barba. Te puedes olvidar de él. Pero está, y se va a notar si te lo dejas atrás.
La teoría de Wilkinson (y aquí viene lo bueno) es que esta posición planetaria indica un tipo de energía que está actuando sobre todos nosotros en estos momentos. Él resume esta energía con un nombre: la Gran Irracionalidad (The Grand Irrationality, así todo en mayúsculas).
¿Qué implica esta energía colectiva? Básicamente impulsa a las personas a extremarse en sus comportamientos obsesivo-compulsivos, tomando decisiones extrañas y generalmente dolorosas, y creando escenarios donde todo lo incomprensible puede suceder. La irracionalidad campa a sus anchas y las conductas absurdas se vuelven comunes, así como los arrebatos de grandiosidad. Curiosamente, es una energía que impulsa a hacer cambios, que nos trae la sensación de estar en una constante encrucijada, pero sin la claridad suficiente para tomar el camino más adecuado o el menos peligroso.
Lo \»bueno\» del asunto es que aún nos quedan unos añitos de irracionality, ya que Neptuno y Plutón son los planetas más lentos del universo astrológico. Así que cuando las barbas del vecino, etcétera.
Las energías colectivas, son eso, colectivas, no podemos escapar de ellas, porque flotan en el ambiente. Pero junto a ello, está la energía individual, el esfuerzo personal por ser consciente, por no dejarse arrastrar. Así que es bueno saber que el mundo está un poco loco y que será pasajero.
Y es que nadie apura tanto los pronósticos como Wilkinson.