El año empezó fuerte y se despide por todo lo alto. Sí, ya hemos pasado por dos ciclos de eclipses, pero el final de este 2019 nos trae un nuevo ciclo de eclipses que se prolongará hasta de enero de 2020.
El próximo año augura movimientos planetarios muy poderosos. Es el final de un gran ciclo y el comienzo de otro, y como suele suceder, esto es el indicio de que estamos entrando en momentos de gran turbulencia. Como todo lo que ocurre tiene un por qué y un para qué, cada persona debe encontrar su propósito para el nuevo tiempo que se avecina. Y los cielos nos preparan con una serie de eclipses en los signos de Capricornio y Cáncer, manifestando la necesidad de crear un nuevo sentido de liderazgo y de conexión emocional con el mundo que nos rodea.
El eclipse del 26 de diciembre de 2019 será de tipo anular, lo que significa que el Sol aparecerá como un anillo de fuego en los cielos. Se producirá a las 05:14 horas GMT, y será por tanto, invisible en Europa y América, donde aún no habrá amanecido.
La tenue sombra del eclipse se moverá por áreas muy pobladas del Sur de Asia. Las zonas más afectadas son el sur de India, Sri Lanka, Malasia, Singapur (donde tendrá su máximo), Tailandia, Indonesia y Filipinas. Luego irá a morir en pleno Océano Pacífico. Su duración es de 3:40 minutos. Esta cifra se puede interpretar como el número de meses en los que sentiremos sus efectos, aunque los más fuertes se calmarán a partir del 24 de enero.
Desde el punto de vista astrológico, este eclipse se da en el grado 4 de Capricornio, afectando con fuerza a todas las personas que han nacido en torno a este día 26, pero también a aquellos que tengan a Capricornio o Cáncer como signo solar, lunar o en el ascendente. Para todos estas personas, es un momento de fuerte \»reseteo\» interior, en el que se pueden tomar decisiones importantes cara al nuevo año.
La influencia general nos presenta un tiempo donde todos estaremos con mucha energía y deseosos de sacar adelante nuestros proyectos. En algún momento podemos actuar de un modo disruptivo, porque estamos deseosos de alcanzar resultados a toda costa. Es buen tiempo para los que se atreven, para los que quieren crecer. Pero cuidado, luego hay que estar a la altura de aquello que nos hemos propuesto alcanzar. El año termina fuerte y trae la promesa de grandes movimientos para 2020.