Hace unos días murió Ben E. King. Así que es tiempo de recordar una de esas canciones míticas sobre la amistad y el compromiso. Una canción sobre lo que significa ser compañeros de viaje.
Cuando llega la noche
y la tierra está oscura,
y la luna sea la única luz que veamos,
no, no voy a tener miedo.
Oh, no voy a tener miedo,
siempre y cuando permanezcas conmigo, permanezcas conmigo.
Así que cariño, cariño,
quédate conmigo, quédate conmigo.
Si el cielo que vemos arriba
cayese y se nos viniera encima,
y la montañas se derrumbaran sobre el mar,
no lloraría, no lloraría.
No, no derramaría ni una lágrima,
siempre y cuando permanezcas conmigo, permanezcas conmigo.
Y cariño, cariño,
quédate conmigo, quédate conmigo.
Cuando tengas algún problema,
¿no querrías estar a mi lado?
Quédate conmigo.