Entre 2023 y 2026 viviremos un ciclo de cambios importantes. Los cuatro planetas más lentos del cielo, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón, cambian de signo en estos años, marcando el inicio de una nueva etapa para todos nosotros.
El cambio de signo de cada planeta es ya un acontecimiento de por sí, pero cuando esto se produce en un período tan corto de tiempo, podemos esperar que los acontecimientos mundiales se aceleren hacia una revolución colectiva. Hay que tener en cuenta que estamos ante planetas que pueden pasar muchos años, incluso décadas en un signo determinado.
En este artículo voy a analizar brevemente lo que podemos esperar de cada uno de esos movimientos planetarios en este acelerado mundo que estamos viviendo.
Plutón en Acuario
El primer movimiento importante de estos tres grandes colosos lo protagoniza Plutón, que hace una primera entrada en Acuario entre marzo y junio de 2023. Pero el gran viaje de este lento planeta por el signo del aguador, comenzará el 21 de enero de 2024 y culminará en enero de 2044. Veinte años.
Para entender un poco más lo que podemos esperar de este tiempo, es interesante echar la vista atrás, hacia la última vez que Plutón recorrió los territorios acuarianos. Esto ocurrió entre 1777 y 1797. Estamos hablando de un período marcado por revoluciones que cambiaron la historia (Estados Unidos y Francia), por la influencia de la Ilustración y la filosofía de la razón, así como por el desarrollo industrial a partir de ideas innovadoras. Plutón en Acuario trae cambios profundos en la sociedad, las ideas y la tecnología.
Plutón en Acuario nos llama a un cambio tecnológico que va a renovar completamente la vida humana. La desconfianza frente al poder que hemos vivido con Plutón en Capricornio (2008-2023), se transformará en una necesidad de reformar la sociedad basada en una visión que da preponderancia a lo colectivo frente a lo individual (Acuario).
Como Plutón rige todo aquello que, como sociedad, no queremos ver, es posible que la tecnología muestre también su peor cara, la más manipulativa y explotadora del ser humano. Muchas personas se rebelarán, quizá a través de la desconexión, o quizás creando tecnologías alternativas. No descarto que surjan nuevas formas de generar energía o que se haga realidad la fusión nuclear, es decir, la creación de un “sol en la tierra”, que permita producir energía limpia y casi ilimitada.
Es de esperar un cambio en la forma en que se gestiona el poder económico y político. Puede haber revoluciones en diversos lugares, e incluso guerras civiles en lugares insospechados. Hay que esperar el surgimiento de movimientos políticos muy diferentes a los conocidos. Probablemente un avance en las ideas de corte progresista. También cierto dogmatismo.
Cuidado, porque las energías de Acuario, que hablan de cambios y renovación, también tienen un componente de fijeza e incluso de fanatismo. La tendencia a caer en el totalitarismo será una realidad en algunos lugares. Eso ya se está observando a través de la llamada “cultura de la cancelación”, o de la angustia climática, que está llevando a que algunas personas pidan acciones radicales. Si no entendemos que ninguna sociedad puede vivir de espaldas a la mitad de sus ciudadanos (sean progresistas o conservadores), viviremos en una mentalidad de guerra civil que no trae buenas consecuencias.
Neptuno en Aries
Neptuno hace una visita a Aries entre marzo y octubre de 2025. Pero se introducirá en este signo definitivamente a comienzos de 2026. El primer paso para ello, consiste en cruzar el grado cero de Aries, que recibe el nombre de “Punto Vernal”. Este es el lugar que da inicio a todo el zodiaco. Por eso, el tránsito de cualquier planeta por el grado cero de Aries es un movimiento importante, puesto que señala el comienzo de una nueva etapa, un reinicio celeste. Además, esta entrada coincide con la de Saturno en el mismo signo, un acontecimiento muy destacado del que hablaré en otro momento.
Neptuno estuvo en Aries por última vez entre 1861 y 1875. Este fue un tiempo marcado por la Guerra Civil norteamericana, la abolición de la esclavitud y la servidumbre, así como grandes avances en temas relacionados con el mar y la navegación.
El ciclo de 12 años de Neptuno en Aries puede traer ciertos cambios en las relaciones sociales que aún no podemos vislumbrar. Es posible que asistamos a una instauración plena de la robótica, lo que cambiará completamente el panorama laboral. Muchos empleos dejarán de existir y esto llevará a una distribución diferente de la riqueza. Todas las personas que queden sin trabajo, deberán recibir algún tipo de compensación, o será el caos.
Se puede esperar un gran avance en aspectos como los viajes espaciales, que son la nueva forma de navegación. También hay quien habla de conflictos civiles en norteamérica, lo cual es una posibilidad de la que hablaré en otro artículo, dedicado a las dos potencias en crisis: Estados Unidos y Rusia.
Urano en Géminis
Entre julio y noviembre de 2025, Urano hará una primera entrada en Géminis y abandonará definitivamente Tauro en abril de 2026 para entrar en el signo de los gemelos.
El periplo de este planeta revolucionario por Tauro ha traído un cambio muy destacado en la manera en que nos relacionamos con el dinero, los bienes materiales y la naturaleza. Las criptomonedas, la implantación casi universal del pago con tarjetas, el descenso en el uso del papel moneda, son cuestiones destacadas en estos últimos años. También la angustia ecológica, que para algunas personas ha adquirido categoría de sufrimiento psicoemocional.
Es fácil pensar que Urano transformará de un modo radical las comunicaciones. Todo lo que ya hemos vivido en este terreno, palidece en comparación con los cambios tan profundos que están por venir. De hecho, creo que nadie puede vaticinar cómo será este mundo cuando Urano abandone Géminis en 2033. Es probable que en este tiempo se desarrolle un metaverso real, que sólo se podrá dar cuando el cerebro humano esté conectado directamente a internet.
La movilidad del ser humano por todo el planeta se incrementará y veremos grandes flujos migratorios que harán obsoletas las fronteras actuales. Los sistemas de transporte van a vivir un cambio radical como el que se dio tras la Segunda Guerra Mundial (el último ciclo de Urano en Géminis). Y como entonces, el mapa del mundo sufrirá cambios. Algunos de estos, vendrán impuestos por conflictos entre países vecinos. Incluso se puede vivir la secesión de determinados territorios dentro de las naciones actualmente establecidas.
Reforzando a Neptuno en Aries, este planeta traerá una revolución en los viajes espaciales. Posiblemente, y siempre que haya paz y un cierto grado de prosperidad, el establecimiento de bases permanentes en la Luna y, por fin, la exploración de Marte.
El baile de los planetas
El movimiento de estos planetas viene marcado además por los aspectos que forman entre sí. Plutón y Urano se moverán por signos de aire (Acuario y Géminis), lo que ya nos habla de una buena interacción entre ellos. Por su parte, ambos harán sextiles a Neptuno en Aries. Esta combinación planetaria, un gran aspecto que se formará en 2026, permitirá que la energía de estos tres cuerpos se armonice un tanto, después de unos inicios que serán bastante bruscos.
A ellos, como dije, se unirá la entrada de Saturno en Aries de la mano de Neptuno en 2026, que afectará gravemente a Rusia y, de manera indirecta, a toda Europa. De hecho, Rusia ya está inmersa en una crisis sin retorno que llevará a la refundación de ese país o bien a su destrucción.
A las personas que estamos vivas en este tiempo, nos ha tocado experimentar una sucesión de cambios muy intensos en corto período. Una aceleración que se da en instantes muy concretos de la historia. Son los estertores de una humanidad que ya no puede seguir por el camino que llevaba, pero que tampoco acaba de encontrar un rumbo que sea justo y correcto para la mayoría.
Ante los grandes movimientos sociales, poco podemos hacer. Pero sí tenemos aún el dominio de nuestra propia vida, de las decisiones que tomamos en cada momento. No podemos cambiar el gran mundo, pero sí transformar nuestro pequeño mundo. Poner paz en nuestra realida. Trabajemos en ello.