El nuevo año se presenta lleno de desafíos para la conciencia humana. Vienen muchos cambios, que se enmarcan dentro de un fin de ciclo. La llamada “globalización” ha traído aspectos positivos (por ejemplo, que puedas leer este artículo), y también negativos.
Pero lo que estamos comprobando es que cuando los cambios se imponen desde arriba y sin tiempo para asimilarlos correctamente, producen efectos indeseados tanto en los países ricos, como en los más pobres.
El proceso no hará otra cosa que acelerarse en los tiempos que vienen, sobre todo cara a los grandes movimientos que comenzarán a producirse en 2020. La crisis que hemos vivido, los cambios en la política tradicional y las turbulencias financieras que están por llegar, son el anticipo necesario para esos cambios.
En 2018 se producen varios grandes acontecimientos astrales que resumiré en varios puntos.
- La entrada de Urano en el signo de Tauro, que nos conecta en un bucle con el tiempo posterior a la Gran Depresión de 1929.
- Nada menos que cinco eclipses, uno de los cuales tocará zonas sensibles del planeta, como Estados Unidos, Rusia y Corea.
- El paso de Júpiter por Escorpio y su entrada en Sagitario en el mes de noviembre.
- El avance de Saturno por Capricornio, un signo que sigue sintiendo los efectos del paso de Plutón por sus dominios.
Analizaré cada aspecto por separado.
Urano entra en Tauro
Un asunto de gran importancia que veremos en este año es que Urano, el revolucionario de los cielos, sale del signo de Aries, donde transita desde hace unos siete años, y entra en territorio de Tauro. Será un primer aviso, puesto que a finales de año, Urano retorna brevemente a Aries. Pero que nadie se engañe, la energía de cambio que acompaña a este planeta se va a instalar en la vida de los nativos de Tauro para muchos años y tendrá implicaciones para todos nosotros. En concreto, Urano reinará sobre Tauro entre 2018 y 2026.
La energía de Urano en Aries era eruptiva y violenta y se puede relacionar, en parte, con la reciente crisis económica mundial y sus consecuencias. No en vano Urano también estaba en Aries durante la crisis de 1929.
En cambio, cuando entre en Tauro, gran parte de la fuerza violenta de este planeta parecerá diluirse, pero no desaparecerá. Es posible que algunos líderes que han surgido en este tiempo, gracias a la crisis, comiencen a perder protagonismo.
Como ya expliqué en otro artículo, el movimiento de Urano en Tauro afectará a la economía mundial creando un efecto disruptivo que todos vamos a notar más pronto que tarde. Además, la Tierra está dando señales claras de que estamos entrando en una fase más complicada para nuestra supervivencia, tanto por el incremento de las temperaturas, como por la explosión demográfica, que nos llevará hasta cerca de 9 mil millones de habitantes en 2030.
El conflicto no será visible totalmente en este año, pero las primeras señales evidentes sí que saldrán a la luz para aquellos que quieran verlas.
Eclipses
Este año tendremos cinco eclipses, frente a los cuatro que suelen ser habituales. Los eclipses son momentos de “reset” planetario, en los que las energías caen a cero. En un momento en que se pueden realizar transformaciones o bien se sufren crisis, personales y sociales.
Los eclipses de 2018 serán:
- 31 de enero. Lunar, total, en el signo de Leo.
- 15 de febrero. Solar, parcial, en Acuario.
- 13 de julio. Solar, parcial, en Cáncer.
- 27 de julio. Lunar, total, en Acuario.
- 11 de agosto. Solar, parcial, en Leo.
Los eclipses solares de febrero y julio dejarán caer su sombra en el extremo sur de planeta, afectando el primero principalmente a Argentina, aunque sin grandes consecuencias. Pero el eclipse del 11 de agosto me preocupa, ya que su sombra se verá sobre zonas de Estados Unidos, Canadá, Rusia y en la Península de Corea.
Ya tenemos la experiencia del eclipse que tocó Estados Unidos en 2017 y los conflictos y catástrofes vividos en esa zona y aledaños (México y el Caribe). Haré un análisis más detallado cuando se aproximen esos acontecimientos, pero baste decir que hay que esperar malas noticias esas regiones del mundo, especialmente en Rusia y Corea.
En un plano individual, los eclipses abundan en el eje Leo-Acuario, lo que indica que serán estos los signos que más cambios van a experimentar a lo largo del próximo año (además de Cáncer, en menor medida). Estos detalles los explicaré en el artículo dedicado a revisar el próximo año, signo a signo.
Júpiter y Saturno
El gran benéfico de los cielos, Júpiter, transitará casi todo el año por Escorpio, ayudando a los nativos de este signo a expresar mejor su energía y abriendo nuevas oportunidades para ellos. Todos sentiremos la energía expansiva de Júpiter en la zona escorpiana de nuestra carta natal.
El 8 de noviembre de 2018, Júpiter entra en territorio de Sagitario. Después de unos años bajo la órbita del austero Saturno, a los arqueros del zodiaco les vendrá muy bien recibir a Júpiter en sus dominios, como ya veremos.
Saturno, en cambio, permanece en Capricornio durante todo el año (y algún tiempo más). Esto son buenas noticias para los nativos de este signo, puesto que Saturno les anima a seguir adelante con sus sueños y su ambición. Capricornio es un signo que dará mucho que hablar, por muchos motivos, en los tiempos que vienen. De momento, Saturno trae una dosis de disciplina y seriedad a sus empeños que será muy útil cara al futuro.
En resumen, 2018 es un año que anticipa grandes cambios que están en camino. Los primeros movimientos serán convulsos, pero es el aviso necesario para que despertemos. Y digo lo mismo de siempre: las cosas sólo mejorarán si nosotros, cada uno en su lugar, pone de su parte para que se dé ese crecimiento. En caso contrario, el cambio se dará, pero en contra de nuestros intereses. No nos van a regalar nada.