Creemos que basta con cambiar la política, con renovar la economía. Pero la realidad es que hasta que no revivamos lo sagrado, la espiritualidad que nace de la tierra, estaremos perdidos, sin rumbo. Nos engañaron con la religión, nos manipularon con la política y con la economía. No basta con cambiar de amos, tenemos que cambiar nosotros.