Una vez hubo un hombre que llegó hasta Ajahn Chah y le preguntó quién era Ajahn Chah.
Ajahn Chah, percibiendo que el desarrollo espiritual del individuo no era muy avanzado, se señaló a sí mismo y dijo: \»Éste, éste es Ajahn Chah.\»
En otra ocasión, otra persona le hizo a Ajahn Chah la misma pregunta.
Esta vez, sin embargo, percibiendo que la capacidad del que preguntaba era mayor, Ajahn Chah respondió diciendo: \»¿Ajahn Chah? No hay Ajahn Chah.\»