Esto sí que es para echar la mente a volar.
Ahora que estamos descubriendo planetas más allá de nuestro sol, en estrellas que están a años luz de distancia ¿quién nos iba a decir que aquí al lado, en nuestro propio barrio cósmico, se escondería un planeta gigante del que aún no habíamos tenido noticia?
Al menos esto es lo que proponen dos auténticos cazadores de planetas, Konstantin Batygin y Michael Brown. Y hay que echar a volar la imaginación para llegar a comprender la noticia que se nos viene encima. En caso de que se confirme esta hipótesis, estamos hablando del hipotético Planeta X, un cuerpo escondido en las profundidades del Sistema Solar y del tamaño de 10 Tierras. Un gigante gaseoso con una órbita que tardaría entre diez mil y veinte mil años en dar una vuelta completa alrededor del Sol. Nada menos.
Pero antes de que la imaginación se vaya demasiado lejos en su vuelo hay que dejar claro una cosa: nadie ha visto al gigante. Su existencia, de momento, es sólo una hipótesis basada en las anomalías detectadas en las órbitas de varios cuerpos ubicados en el Cinturón de Kuiper.
Pero quien formula esta hipótesis no es un cualquiera. Mike Brown, descubridor de nada menos que 14 objetos que giran en órbitas situadas más allá de Neptuno, es famoso por ser el hombre que, según sus propias palabras, \»mató a Plutón\», al destronarle de su puesto como planeta y degradarlo a \»planeta menor del Sistema Solar\». En otras palabras, alguien con la solvencia suficiente (y el valor, porque hay que tenerlo), para formular una hipótesis tan atrevida como arriesgada.
Un cuerpo inmenso, invisible hasta ahora para los astrónomos, que podría estar aquí, con nosotros, acompañándonos desde quién sabe cuándo. ¿Acaso el planeta Nibiru en el que algunos creen? Dejémoslo en Planeta X, por ahora.
Ahora bien, si echamos la mente a volar, desde el punto de vista de la Astrología (que es a lo que nos dedicamos en esta oficina), ¿adónde llegamos?
Dice el axioma astrológico que cada vez que se descubre un nuevo planeta, su avistamiento coincide con un profundo cambio en la conciencia humana. Un nuevo arquetipo despierta de su sueño eterno y cobra vida entre nosotros.
Sucedió con Urano, el planeta de las revoluciones y los cambios, descubierto en plena fiebre revolucionaria en Europa. Sucedió con Neptuno, el planeta que anunció el surgimiento del Comunismo, de la doctrina espiritista y del Psicoanálisis. Sucedió con Plutón (para nosotros un planeta no menor), anunciando el surgimiento del fascismo, las guerras mundiales y la bomba atómica. Y sucedió con muchos otros cuerpos que sería largo exponer aquí.
Así que si de verdad existe el Planeta X, ¿qué nos trae?
Sin duda, un cambio radical en la conciencia. Pero aún no sabemos en qué dirección
Habrá que estar atentos a las noticias.