El 21 de agosto viviremos un eclipse total de sol que será visible desde el territorio de Estados Unidos, pero que tendrá un eco en nuestra vida, sea cual sea el lugar en el que nos encontremos. Como se puede ver en el mapa adjunto de la NASA, el eclipse atraviesa el corazón del país norteamericano de costa a costa, proyectando una sombra que será exacta en la zona marcada por el trazo central. Este eclipse será parcial en Canadá, México y Centroamérica. Apenas será visible zonas septentrionales de América del Sur, e incluso de manera muy breve y muy parcial, en la costa atlántica de Galicia.
La hora precisa del eclipse son las 18:27 (tiempo universal), que corresponde a las 13:27 local, y a las 20:27 en la hora central europea. El punto preciso donde el eclipse será más exacto se da en las cercanías de Hopkinsville (Kentucky), una ciudad conocida por ser la cuna del gran profeta norteamericano, Edgard Cayce. Allí la duración del fenómeno será de 2:40 minutos.
Si creemos el antiguo precepto de que el eclipse solar total actúa con más fuerza en el lugar donde proyecta su sombra, y que la acción del mismo se nota con mucha fuerza desde una semana antes del propio eclipse y se puede prolongar durante semanas o meses, concluimos que éste es un fenómeno muy poderoso. Además, este eclipse pertenece a la misma serie que el que oscureció los cielos de Europa Central en agosto de 1999 y del que Nostradamus habló en una célebre cuarteta.
Este eclipse trae una segunda derivada muy interesante. El grado astrológico del eclipse, 29 grados del signo de Leo, es exactamente el mismo que el del Ascendente de Donald Trump. Y no olvidemos, como ya expliqué en otro artículo, que Trump nació justamente en un eclipse (lunar). Por si fuera poco, el conflictivo planeta Marte se halla muy próximo a esta zona.
La zona del ascendente en la Carta Astral tiene un simbolismo importante para cualquier persona. El ascendente se relaciona con la imagen externa del individuo (algo esencial en un político), pero también con aspectos como la salud física y la correspondencia entre lo que sientes que eres y lo que los demás ven acerca de ti. El ascendente leonino de Trump se configura como un punto esencial en su deseo permanente de aparecer como un triunfador. No importa que haya sufrido grandes fracasos en su vida personal y empresarial, él ha tenido una gran habilidad en publicitar sus éxitos como algo propio y culpar a los demás de sus tropiezos.
Los eclipses son fenómenos naturales que se producen con regularidad en los cielos, aunque teniendo en cuenta el momento político y el lugar donde se produce éste, no me extrañaría que Internet se llenara de profecías oscuras y titulares sensacionalistas. Lo repetiré una vez más: todo lo que ocurre en los cielos ya ha ocurrido antes, así que ninguna configuración representa un “final de los tiempos”, ni anuncia una nueva era. Sé que muchos desearían ver en el mundo una catarsis (buena o mala), pero más allá de las tragedias o las alegrías individuales, la única catarsis positiva a la que podemos aspirar es a aquella que sepamos crear en nosotros mismos.
Un eclipse solar es un proceso de “reset” colectivo que nos afecta a todos, pero con más énfasis a aquellas personas y lugares que son tocados por la sombra lunar. Es evidente que tanto a Estados Unidos como a su presidente le esperan ciertos terremotos cuyo efecto se sentirá en todo el planeta. Los astrólogos no somos adivinos, sino analistas, así que no haré profecías, pero algunos hechos merecen ser tenidos en cuenta:
- A diferencia de otros presidentes, Trump no ha revelado datos acerca de su estado de salud (no hay que olvidar que tiene 71 años).
- La investigación sobre la “trama rusa” ha producido la caída de casi todos los peones en el tablero, ha tocado incluso a piezas clave de su propia familia, y ya solo queda el rey.
- El presidente tiene demasiados enemigos en la administración, en las agencias de espionaje e incluso en su propio partido, enemigos todos ellos muy poderosos.
La carta del eclipse no prefigura nada bueno. La unión del Sol y la Luna con el Nodo lunar (requisitos para que se dé el eclipse) en las cercanías del belicoso Marte, lanza un trígono de fuego hacia el imprevisible Urano y a Saturno, que está muy incómodo en Sagitario. Por si fuera poco, Júpiter y Venus producen una Gran Cruz (algo desdibujada) con Urano y Plutón, en los activos signos cardinales. Alguien puede romper el consenso o se pueden tomar decisiones apresuradas al calor del momento.
Habrá que esperar y ver qué ocurre con el eclipse de Trump y de Estados Unidos. Ahora bien, que nadie se lleve a engaño. Si Trump cayera, ahora o en el futuro próximo, será porque los que de verdad gobiernan el mundo tienen preparado un plan B. Las marionetas son reemplazables, pero el marionetista seguirá moviendo los hilos desde la oscuridad.