Agosto aún nos guarda sorpresas

Entramos en la segunda mitad de este mes de agosto que está resultando muy intenso a nivel astral. Si bien a principios de este mes asistimos a la oposición de Júpiter y Plutón de la que ya hablé anteriormente, en las últimas dos semanas de agosto, nuevos movimientos planetarios vienen a remover las aguas, sea para ayudarnos a ser conscientes de viejos patrones ya obsoletos, o para liberarnos de ellos de una vez por todas.

El más importante de todos estos movimientos se dará el miércoles 21, aunque ya debemos estar notando sus efectos desde el fin de semana anterior del 17-18. Júpiter se ubica en un ángulo tenso con Urano y refuerza la conexión de este último planeta con Plutón. Una poderosa necesidad de liberación nos sacudirá en estos días, el deseo irrefrenable de romper cadenas y tomar el destino en nuestras manos. Al mismo tiempo, existe la posibilidad de experimentar acontecimientos impredecibles que pueden ampliar nuestra conciencia.

Ahora bien, si rompemos con lo de atrás, ¿hacia dónde nos dirigiremos? La conexión entre Júpiter, Urano y Plutón que se da durante todo el mes de agosto es poderosa, pero inestable. Nos hará sentir insatisfechos, pero carentes de un horizonte claro hacia el que dirigirnos.

Efectivamente, hay un espacio vacío, un hueco o un enigma que se nos plantea. Por ejemplo, conocemos la solución de algo que nos atenaza, pero ¿cómo llegar hasta ella? ¿Cómo dar los pasos hacia la liberación? O bien estamos enfocados hacia una persona de la que esperamos una respuesta, una decisión, pero ¿qué respuesta será?

Para quienes estén despiertos, esta respuesta llegará entre el 24 y el 27, Venus hará varias conexiones con los tres planetas ya reseñados (Júpiter, Urano y Plutón) cerrando por unos días la configuración que conocemos con Gran Cuadratura Cardinal. El 24, además, esta configuración se reforzará con la presencia de la Luna en conjunción a Plutón.

Como es lógico, cada persona vivirá estos acontecimientos dependiendo del lugar que estos planetas ocupen en su Carta Natal, pero a nivel general se pueden dar dos pistas de por dónde puede llegar la solución, el camino a seguir una vez que hemos aceptado que el cambio es la única solución.

Si te fijas en el símbolo astrológico de Venus, podemos asemejarlo a un espejo de mano. Así que aquí hay una primera idea: lo que ves es tu reflejo. Si buscas que sea otra persona la que te libere, debes entender que nada sucederá si tú no das el primer paso. Antes de mirar a los otros, mírate a ti mismo.

La segunda clave tiene que ver con la naturaleza intrínseca de Venus, con su capacidad de apertura. Solamente cuando uno está dispuesto, llega la ayuda, y entonces hay que dejarla entrar. Puede ser a través de una persona o de un acontecimiento, pero se mostrará con claridad si quieres verlo.

Esta Gran Cuadratura Cardinal tiene un potencial muy grande para iniciar cosas, para realizar movimientos, para romper cadenas, pero eso sólo ocurrirá si estamos abiertos a que estos sucedan, si abrimos las puertas a los agentes del cambio, si confiamos en que todo va a salir bien.

Y normalmente, cuando algo se hace con conciencia y con amor, sale bien.