Addio, Lucio

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Caruso – Lucio Dalla (1943-2012)

Aquí donde brilla el mar
Y sopla un fuerte viento,
En una vieja terraza que domina
El Golfo de Sorrento,
Un hombre sostiene a una niña,
Después de que él haya llorado.
Limpia su garganta
Y vuelve a cantar:

Te quiero mucho,
Tanto, ya lo sabes.
Esto es ahora un vínculo
Que descongela la sangre de mis venas, ¿sabes?

Mira la luz en medio del mar
Y piensa en las noches en América
Pero sólo son las lámparas de un barco de pesca
Y el blanco de una estela.
Sintió el dolor de la música.
Se levantó del piano,
Pero viendo la luna
Saliendo tras una nube,
La muerte más dulce le pareció.
Miró a los ojos de la niña,
Aquellos ojos tan verdes como el mar.
Entonces de repente cayó una lágrima
Y él pensó que se estaba ahogando.

El poder de la ópera.
Donde todos los dramas son falsos.
Donde, con un poco de maquillaje y mímica,
Puedes convertirte en otro.
Pero dos ojos que te miran,
Tan de cerca y tan reales,
Te hacen olvidar el guión,
Confundiendo tus pensamientos.
Y todo entonces se vuelve insignificante,
Incluso las noches en América.
Miras hacia atrás y ves tu vida,
Como la estela [de los barcos].

Y sí, la vida se está acabando.
Pero él ya no está preocupado.
Al contrario, se siente feliz,
Y comienza a cantar la canción otra vez.

Te quiero mucho,
Tanto, ya lo sabes.
Esto es ahora un vínculo
Que descongela la sangre de mis venas, ¿sabes?