A estas alturas del año, no creo que quede nadie que no sea consciente de todo lo que se está moviendo. Ya no hay donde esconderse y por eso dije a comienzos de 2020 que este sería el año del Despertar.
Este es uno de los momentos más oscuros, duros y complicados de este ciclo. Toda la tensión de los cielos se derrama sobre la tierra como un diluvio y no hay que extrañarse si vemos que otros alrededor caen en el pesimismo, en el miedo o en la intolerancia. Ya sé que otros astrólogos están prediciendo catástrofes, y no les falta su parte de razón. Sólo que hay un pequeño paso entre estar prevenidos, y estar aterrorizados.
No será mi caso, ya que en medio de la oscuridad de la noche, sólo espero a que amanezca. Y amanecerá.
La Luna Llena tiene al Sol en Leo y a la Luna en el signo opuesto de Acuario, con el nervioso Urano lanzando aspectos de enorme tensión desde Tauro. Esto implica un tiempo donde el miedo se apodera del ser humano. Se actúa con más corazón que cabeza, y el objetivo último consiste en sobrevivir a toda costa. (La actitud propia de aquellos que se han sobre-identificado con su yo, de aquellos que ignoran que nuestra esencia es eterna, indestructible. Que siempre has estado y siempre estarás. No existe el no-existir.)
Además, el bloque de planetas que rige todo este año: Júpiter, Saturno y Plutón (todos ellos en los grados finales de Capricornio), se oponen a Mercurio y mandan aspectos de tensión hacia Marte. Y es que el planeta rojo ha venido a sumarse a la fiesta en el peor momento, trayendo conflicto, violencia y más que miedo, terror.
El miedo se apodera de las personas, de las instituciones. Y el miedo lleva a la paralización: miedo a enfermar, miedo a morir, miedo a la ruina económica, miedo a que te señalen, miedo a hablar. Todos estos, son miedos humanos, disculpables, pero son sólo pequeños miedos humanos. La Tierra no tiene miedo, y por eso actúa y actuará.
Si entendemos que la violencia no arregla nada, que el poder que hemos otorgado a políticos e instituciones se está usando en nuestra contra, quizá empecemos a abrir la brecha por donde puede entrar la luz de un nuevo amanecer. Sólo desde la re-evolución interior podremos crear un mundo mejor.
Cada uno desde su lugar.
Y no sobra ninguna mano. Ninguna voz.
La Luna Llena se producirá el día 3 de agosto de 2020 a las 16 horas GMT en el grado 11 de Acuario.