Defiéndeme de fuerzas opuestas
en la noche, en el sueño, cuando no soy consciente.
cuando mi camino se vuelve incierto.
Y nunca me abandones,
nunca me abandones.
Llévame de vuelta a las zonas más altas
a uno de tus reinos tranquilos.
Es hora de dejar este ciclo de vidas.
Y nunca me abandones,
nunca me abandones.
Porque las alegrías del más profundo afecto,
o los más pequeños anhelos del corazón,
sólo son la sombra de la luz
Recuérdame lo infeliz que soy
lejos de tus leyes.
Cómo no perder el tiempo que me queda.
Y nunca me abandones
nunca me abandones.
Porque la paz que he sentido en ciertos monasterios,
o la vibrante comprensión de todos los sentidos en celebración,
sólo son la sombra de la luz.