Resumen: 2025 marca el inicio de un poderoso aspecto planetario, un gran sextil, que estará activo hasta 2027. Esta configuración engloba a Urano, Neptuno y Plutón, tres cuerpos muy lentos que están iniciando su andadura por nuevos signos del zodiaco. Lo que podemos esperar de estos movimientos son grandes cambios sociales y culturales que se van a producir en un corto espacio de tiempo. Puede haber avances muy veloces, pero también graves disrupciones, en asuntos como las comunicaciones, los viajes, el comercio o la inteligencia artificial. Existe el riesgo de conflictos civiles en países como Estados Unidos y Rusia, así como la proliferación de creencias fundamentalistas, rebeliones sociales y una creciente desconfianza hacia el poder y sus mecanismos de control. Es un tiempo donde se siembran las semillas de nuevas formas de espiritualidad y cambios sociales que emergerán de manera inevitable más adelante.
El período 2025-27 será una época muy importante para todos nosotros. Como ya comenté en su momento, 2024 ha sido un año bisagra antes de los grandes cambios que vamos a vivir en la segunda parte de esta década.
Desde el punto de vista astrológico, el ciclo de 2025 a 2027, va a traer el perfeccionamiento de una rara configuración planetaria. Un gran sextil formado por los tres planetas más lentos del Sistema Solar: Urano, Neptuno y Plutón. Es un acontecimiento que solamente viviremos una vez en nuestras vidas y que causará un gran impacto en la sociedad, tal como ya estamos empezando a vislumbrar.
Todo un viejo mundo está alcanzando el punto de no retorno, que nos obliga a dar un salto adelante. Un salto de fe.
Pero como suele ocurrir en las dinámicas sociales, lo viejo se resiste a morir y a lo nuevo le cuesta nacer. Por eso, antes de entrar en un análisis más detallado, hay que poner una nota de cautela. Nada se va a resolver por sí mismo, sino que debemos ser nosotros quienes aprovechemos las oportunidades, sabiendo que en todo movimiento hay avances, paradas y retrocesos. Hay vías muertas y también atajos. Y sabiendo que en lo viejo hay elementos que no se deben perder, avances que no hay que minusvalorar. No siempre lo nuevo es mejor, aunque lo nuevo siempre se abre paso al final.
Urano, Neptuno y Plutón son planetas que traen cambios en lo colectivo porque caminan muy despacio por los cielos. Su influjo sobrepasa a veces el ciclo vital del ser humano. Urano tarda 84 años en completar una vuelta por el zodíaco, a Neptuno le cuesta 165 años hacer lo mismo. Plutón se demora 248 años. Si aislamos el ciclo de Neptuno-Plutón de la ecuación, ambos planetas danzan en los cielos en un movimiento conjunto que dura casi 500 años.
El hecho de que estos tres pesos pesados formen una configuración en la que Neptuno hace sextiles (60 grados de separación) a Urano y Plutón, separados por un trígono (120 grados), es excepcional. Si además tenemos en cuenta que los tres están cambiando de signo en el proceso, una cuestión que por su propia lentitud no se produce a menudo, podemos entender que algo poderoso está en vías de suceder.
De hecho, la reunión de estos cuerpos se da en los elementos Aire-Fuego, lo que nos recuerda el ciclo Júpiter-Saturno de 200 años que se inició definitivamente en 2020. Un ciclo donde estos dos planetas se van a ir encontrando en todos los signos del elemento Aire por dos siglos y que ya de por sí marca un gran cambio en la humanidad.
Pero ¿qué podemos esperar del gran sextil de Urano, Neptuno y Plutón?
La astrología no es adivinación, sino que se basa en lo que conocemos de los planetas y de la historia humana. Porque todo lo que sucede en los cielos, ya ha ocurrido anteriormente. Y aunque la historia no se repite de la misma manera, los acontecimientos del pasado “riman” con los del presente en un largo poema que no tiene fin.
El gran sextil es un aspecto facilitador, debido a los vínculos energéticos de los planetas que contiene. Esta cualidad se manifiesta de un modo muy particular, puesto que los sextiles son aspectos que traen beneficios siempre que estemos dispuestos a activarlos. En otras palabras, que por muy buenas perspectivas que prometa, un sextil sólo las convierte en realidad si damos un primer paso en la dirección correcta. A partir de ahí, todo viene como un regalo merecido.
Urano en Géminis nos está hablando de cambios en la manera en que pensamos, nos comunicamos y viajamos. Abre las puertas a desarrollos aún impensables de la inteligencia artificial y también a un impulso de la exploración espacial. Pero puede traer graves disrupciones en las comunicaciones (caídas de internet a nivel global) y en el suministro de productos, que pueden traer escasez. Incluso conflictos entre países vecinos, sean bélicos o comerciales. También cierta conflictividad, guerras civiles, ideas novedosas y la aparición de formas de expresión totalmente revolucionarias.
El paso de Urano por Tauro nos trajo, entre otras cosas, las criptomonedas y la desaparición paulatina del dinero en efectivo. Todo esto nos hace más dependientes de una tecnología que puede fallar y también nos convierte en un rebaño más fácil de pastorear. Sin olvidar la creación de peligrosas burbujas financieras.
Plutón en Acuario se relaciona con una nueva forma de ejercer el poder. Plutón se encarga de destruir y reconstruir todo aquello que ha quedado obsoleto, y lo que muere con este cambio es el viejo mundo dominado por el ansia de poder y la búsqueda del éxito personal a toda costa. Las soluciones de Plutón en Acuario son comunitarias, reformistas e innovadoras. Un nuevo mundo se abre paso, más centrado en lo humano y en lo global. Pero al mismo tiempo, bajo este símbolo podemos caer en el frío desapego, en el pensamiento tribal o en la tendencia a ejercer un poder basado en ideas inmutables. No olvidemos que hay dictadores de todo signo político y que ninguna ideología ha salvado a la humanidad de sus propias contradicciones. La tendencia de “nosotros, que tenemos razón, contra los demás que están equivocados” puede ser más intensa en estos años.
Este ciclo también nos abre los ojos ante los peligros de la tecnología y la ciega fe en el progreso como solución para todo. El ser humano puede quedar reducido a la nada si confía todos sus procesos a las máquinas o la inteligencia artificial. De hecho, podemos ser dominados por cualquier tecnología inspirada por intereses ocultos. El transhumanismo, la creación de seres que son en parte humanos y en parte máquinas, son algunos de los retos que enfrentaremos.
Neptuno en Aries comienza un nuevo ciclo donde se van a resquebrajar todos aquellos sistemas excesivamente rígidos o basados en ilusiones. Tras el paso de este planeta por Piscis, donde hemos visto la propagación de noticias falsas (algunas impulsadas por los propios gobiernos) o el surgimiento de tecnologías de realidad virtual, Aries también llama a una ruptura con las creencias religiosas más estrechas. Esto puede provocar una reacción violenta en ciertas religiones integristas. Históricamente, los ciclos de Neptuno en Aries han traído conflictos civiles, cruzadas religiosas e idealismo extremo mezclado con fanatismo. Pero también el surgimiento de nuevas formas de espiritualidad e ideas políticas de corte progresista. Algunos se perderán en las nubes de la fantasía, pero otros buscarán romper los estrechos límites de ciertas creencias.
Sentiremos los efectos de este gran sextil entre la segunda quincena de agosto y la primera de septiembre, pero como digo, nos acompañará hasta 2027, y sus consecuencias se extenderán más allá de ese año. Los resultados, buenos o malos, nos acompañarán hasta la década de 2040.
Las fechas donde se producirá está alineación de planetas en Acuario, Aries y Géminis, son las siguientes:
- 20 de agosto de 2025 en el grado 1 de esos tres signos (con Saturno en conjunción a Neptuno).
- 7 de julio de 2026 en el grado 4.
- 6 de junio de 2027 en el grado 6.
En el plano internacional, somos muchos los que pensamos que se puede desarrollar algún tipo de conflicto interno, mayor o menor, en Estados Unidos. Pero tampoco hay que descartar una implosión de Rusia en torno a 2026 por efecto del ciclo Saturno-Neptuno que siempre ha tenido una influencia nefasta en ese país.
En cualquiera de los dos casos (o en ambos a la vez), las ondas del seísmo nos alcanzarían a todos y no para bien. Aunque en el medio plazo precipiten un reset planetario que quizás no sea tan negativo.
Debemos estar atentos a los movimientos que se produzcan en torno a esas fechas, pero más aún, debemos empezar a aprovechar cada energía en el plano personal, ya que en lo colectivo, poco podemos hacer. Hablaré de ello con detalle durante este año y los siguientes, si me es posible.
Estamos viviendo tiempos desafiantes, y los movimientos planetarios no hacen otra cosa que manifestar en los cielos una sincronía precisa con todo aquello que vivimos sobre la Tierra. De esto justamente trata la Astrología, y por eso, nuestro Arte puede ser una guía que clarifique las mentes en momentos de confusión. Creo que va a ser una labor cada día más necesaria.